viernes, 26 de agosto de 2011

Otra entrevista mas a Amanda Portales

Junto al charanguista Jaime Guardia, fue condecorada por el Estado peruano en el Palacio de Gobierno.

A su paso la gente la saluda. Quienes tienen cámara, buscan tomarse una fotografía junto a ella. Otros simplemente se aproximan para mirarla de cerca. Ella es la estrella. La rodean sus fans. Amanda Portales, mientras le hacemos fotos en la Plaza de Armas de Lima, cosecha a manos llenas el cariño de su público.

“El lunes –dice mirando el Palacio de Gobierno– estaré aquí a las once de la mañana. El maestro Jaime Guardia y yo vamos a recibir una condecoración del Estado”.

La distinción no es un regalo sino realmente se la merece.

“Tengo nada menos que cuarenta años cantándole al pueblo –dice–. Cuando me subo al escenario, no soy la radiola que canta y canta, sino desde allí, como lo hacían mis viejos maestros de nuestro folclor, busco ilustrar a mi público de lo que escucha y baila”.

Amanda quiere levantar la voz, y esta vez no para cantar el “Pío pío” u otro éxito con el que ha hecho bailar a todo el Perú, sino para llamar la atención de cómo se están manejando las cosas de folclor en la radio y televisión, de cómo, por el afán comercial, se distorsionan los huainos, los huaylas, etc., y cómo se mutilan o se piratean temas sin respeto a los autores.

“Cada vez hay menos decencia. Creo que no debemos olvidar a nuestros grandes maestros. De ellos aún hay que seguir aprendiendo”, sostiene la “Novia del Perú”.

Amanda Portales empezó a cantar huainos y mulizas hace cuarenta años, cuando aún era una niña y tuvo que contar con autorización de un juez de menores para subirse a un escenario.

Había nacido y crecido escuchando música andina. En su casa había guitarras, violines y vestuarios de artistas. Sucede que su madre es una reconocida artista: la gran Irene del Centro, y su padre, Lucio Portales, un popular músico, director de banda y orquesta.


La pequeña, como sus hermanos, continuó con la tradición de interpretar canciones del Perú profundo.

Pero aquí un detalle. Amanda Portales, quien hace bailar al Perú con los populares Pío pío y Vaso de cristal, no es de Jauja ni de Tarma ni de otro pueblo de la sierra. Ella es limeña.


“Nacimos en Lima –comenta la artista–, pero fuimos criados con las costumbres de la sierra. En mi casa no solo se escuchaba y bailaba huainos, sino también se comía platos típicos. Yo siempre he dicho, soy limeña mazomorrera, pero más serrana que la papa”.


Recuerda que se inició en el canto con mucho sacrificio y responsabilidad.

“Antes –cuenta–, había más compañías que solistas. Ahora, en cada esquina encuentras un cantante. Antes había que calificar para subirse a un escenario. Había conciencia, había respeto a los temas, a los maestros, al público”.

Narra que no era fácil ser cantante. Ella tuvo que someterse a los rigores de un jurado de la Casa de la Cultura, hoy Instituto Nacional de Cultura. Uno de sus jurados fue el maestro charanguista Jaime Guardia.

“Así, a los seis años, obtuve mi carnet 057 en la Casa de la Cultura”, refiere Amanda Portales.

Su destino de artista estaba marcado. Dejó atrás los estudios de secretariado y el sueño de ser un agente de la Policía de Investigaciones del Perú.

Desde sus comienzos buscó ser profesional. “En el desaparecido Coliseo Nacional había una barra selecta que en su hora estelar, que era las 7 de la noche, se convertía en un gran jurado. Mi aspiración fue llegar a ese horario estelar, y lo logré y salí airosa”, comenta la artista.

–Has dicho que antes había respeto. ¿Ahora no?

–En muchos casos. No se ve el respeto a los artistas mayores, no solo por los años vividos sino por la calidad musical. Hace poco una cantante dijo que la Princesita de Yungay no le llegaba ni a las puntas de los zapatos. Esa es una falta total de respeto. Si te quieres, respétate, valórate, no te mezcles. Eso es lo que yo hago.

–¿Esa falta de respeto también pasa por los temas?

–Así es, se distorsionan. A la balada, por ejemplo, quieren volverla huaino. No se puede cambiar las esencias del huaino. Asimismo, hay cantantes que minimizan, mutilan hasta se apropian de trabajos ajenos. En dónde estamos, no hay respeto a


los maestros. No es justo que un don o doña nadie, en la osadía de ser compositor (a), tome letra de aquí, de allá, haciendo un ‘frankenstein’, resulta siendo “compositora”. Cuando uno está en el escenario, además de respetar nuestra tradición, nuestra música, el artista tiene que ilustrar a su público. Eso ya no se ve. Al contrario, ahora se disfraza, se distorsiona y eso realmente a mí me preocupa. Qué valores le dejamos a las futuras generaciones.

–El arpa se ha hecho masiva con Dina Páucar, Sonia Morales. ¿Es bueno?

–La evolución es buena, pero está recién en inicio. Es como si a una criatura le vas a enseñar a caminar. No le puedes enseñar a correr porque sino se cae. No le puedes quitar la esencia al huaino.

Mafias folclóricas.

–¿El negocio, el comercio ha invadido el mundo del folclor?

--Como no te imaginas. Y ya es demasiado. Exijo respeto en la radio y la televisión. Si llevas una producción para difundir tu trabajo, te cobran, te dicen cifras, para pasar tu disco. Pero no solo eso, quien acepta pagar tampoco puede estar seguro de que va a ser difundido porque hay otros que pagan mucho más. Hay un grupo de artistas, no quiero decir nombres, a quien le caiga el guante simplemente que piense, que actúan como mafia, argolla para que no te promocionen. Estamos sorprendidos porque nosotros también tenemos un programa radial y no hacemos esas cosas. Por eso llamo la atención al Ministerio de Transporte y Comunicaciones que inspeccione. No puede haber poco respeto a nuestro folclor.


“El Perú, un cebiche mixto.”

-Desde tu escenario, ¿cómo ves a la gente de nuestro país?

-La veo diversa, en diferentes actitudes, Mientras que por un lado, la alegría es desbordante, por otro veo a la gente en llanto, pensando en sus penas, sus frustraciones. Pero también que la gente se enamora y vive y asimismo, hay a quienes se les acaba sus amores, se pelean. Cada huaino siempre sintoniza algo de nuestra alma. Y la verdad, desde arriba uno observa que existe una mezcla de sentimientos. Para ser criolla, diremos somos un cebiche mixto.

-Eres popular. ¿No te interesa la política como a otros artistas?

-No, ya tuve una mala experiencia. Fui regidora en La Victoria. Pero lo mío es el folclor. Me han invitado, pero por ahora no. Para política hay que estar bien preparado para no recibir palos como los candidatos de la farándula.

Entrevista a Amanda Portales

"Ser artista estaba en mis genes pues mis padres son compositores de música andina. Yo escucho un huayno y me apasiono. No me cansaré de decir que, a pesar de ser limeña y mazamorrera, soy más serrana que la papa (ríe)". Así se presenta Amanda Portales, 'La Novia del Perú’. La intérprete de música andina está por cumplir 45 años de vida artística.

¿Cuándo se presentó por primera vez en público?
A los tres años, y fui presentada como 'La Mascotita de Huánuco’. Canté con la compañía Juventud Huanuqueña, que dirigían mis padres. Por entonces, más que cantar, me gustaba bailar. A los cinco años me califiqué en la Casa de la Cultura. El nombre artístico con el que me bautizaron fue 'Flor Millonaria’.

¿Por qué, al crecer, no cambió de estilo y se mantuvo en la música andina?
Por mi vivir. En el arte, uno escucha una melodía y, si es sensible, se identifica con lo allí expresado. Yo me he dedicado a cantar los temas que han marcado mi vida. Igual me gustan las baladas y también he cantado canciones criollas. A veces hago algunas fusiones.

¿No la molestaban en el colegio por cantar huaynos?
Sí. Los seres humanos somos crueles. El colegio es una etapa linda, pero nos gusta encajonar a las personas y la burla está a flor de piel. Felizmente, yo tenía experiencia en el arte y eso me dio un caparazón muy resistente que me hizo sobrellevar las cosas.

¿Gana bien como artista?
Uno debe trabajar y vivir, no solo ganar plata. Yo he ganado bien, pero nunca demasiado. No tengo un carrazo, ni negocios, ni guardaespaldas. Yo sigo siendo la misma persona. Le doy un ejemplo: admiro a García Zárate, quien no es millonario, pero sí un símbolo de nuestra música. Por allí van mis opciones en la vida. La música es más importante que el dinero.

Pero, usted vive de la música...
Sí. Ahora está de moda el márketing. Yo invierto en mi arte, pero las mejores cosas no se dan a conocer, solo las más marketeadas. En mis presentaciones, yo tengo la obligación de ser didáctica, ilustrativa, de explicarle a la gente cuál es la diferencia entre una muliza, un huayno, una chuscada, un pasacalle, un carnaval; también, de que conozca a qué pueblo pertenece el traje que uso. Yo respeto mucho al público y, cada vez que estoy frente a él, siento que paso un examen. En mis presentaciones me cambio por lo menos unas siete veces de vestuario, y mi marco musical incluye a todo el Perú. Un pueblo sin folclor es un pueblo sin alma; primero hay que amar lo nuestro y, después, el resto. Yo les recomiendo a todos que, primero, conozcamos el Perú.

¿Ha ido a Miami?
Pero primero conocí el Perú. Desde el 89 voy todos los años. Al año hago dos giras: una a Estados Unidos y otra a Europa. Soy un ave mensajera que les lleva alegría a los peruanos que están afuera. Yo no me puedo quejar pues, gracias a la música, he podido recorrer todo el Perú y el mundo. Por eso, al público le trato de dar siempre lo mejor.

También es compositora...
Soy más intérprete. El intérprete les pone sentimiento a los temas y los interpreta como si fuera del lugar, no solo los canta. Por esta cualidad, muchos creen que soy jaujina, que soy ayacuchana, que soy huancavelicana. El buen artista es aquel que siempre está mejorando, puliendo su arte y escuchando a los que saben más. Hoy, como no hay disqueras, cualquiera graba una canción y se hace llamar artista.

¿Quién es su cantante preferida?
Amanda Portales (risas).

Últimamente, en el mundo del folclor ha habido muchos escándalos...
Yo no soy una artista folclórica sino una folclorista. Soy una investigadora del arte andino. El folclórico sí es informal, bullicioso y colorido. Ellos tienen lo suyo y hay que dejarlos que se perfeccionen. Tendrá que pasar mucho tiempo para que sean como nosotros. Somos mundos distintos; yo respeto su trabajo, pero no comparto su estilo.
¿A qué le canta Amanda Portales?
Al amor, al desamor, a la indolencia, a las vivencias de la gente, a la impotencia de no saber cómo decir las cosas.

¿Cuánto le debe al Pío pío?
Mucho. Me abrió muchas puertas y me permitió viajar por el mundo.

Amanda portales pequeña biografía

Amanda Portales confiesa que el arte le venía por herencia. “Mi madre es Irene del Centro, conocida como la Dama Elegante del Folklore, es autora y compositora y natural de Yauyos. Mi padre es el violinista y director de orquesta Lucio Portales de Huánuco y todos mis hermanos son intérpretes y también tenemos un grupo de baile que son los Hermanos Portales Otero”

Se inició en el Coliseo Nacional cantando una mulisa cuya letra de la inspiración de, desaparecido por no olvidado Emilio Lanya dice: “La vida es una falsedad, el mundo es ancho y ajeno, justicia, justicia no hay en la tierra, justicia sólo en el cielo donde no hay ricos ni pobres”.

A los largo de 40 años, Amanda Portales ha adquirido varias denominaciones que han identificado el canto de la mujer peruana, así por ejemplo: Cápac Tika cantando del Cusco, a Flor Collarina cantando música de Puno, a Flor Amanda, Amanda del Mantaro o Amanda de los Andes cantando el folklore del Centro del Perú y finalmente a AmandaPortales que es mi nombre artístico y mi nombre de pila”, La Novia del Perú, apelativo con que la bautizó Antonio Muñoz Monge en 1984